jueves, 30 de julio de 2020

Gracias a Coco

Al escuchar la palabra “Coco”, seguramente pensaremos en la fruta tropical, en el apelativo de las personas cuyo nombre es Jorge o simplemente a la película estadounidense-mexicana de animación producida por Pixar Animation Studios y distribuida por Walt Disney Studios, en el año 2017.

A ninguno de estos tres conceptos nos vamos a referir. Ahora nos centraremos a nuestro “CoCo” peruano. Es decir, al Control Concurrente implementado por la Contraloría General de la República, para prevenir y combatir la corrupción.

Gracias al “CoCo” la máxima entidad fiscalizadora de control, logró advertir a través de alertas algunas situaciones que no se ajustaban al proceso de compra de tabletas de parte del Ministerio de Educación para los estudiantes de todo el país, afectados por la pandemia del Coronavirus.

En este período especial de Emergencia Sanitaria por el COVID-19, se aplicó el Control Concurrente (es decir el servicio de acompañamiento a los gestores), en los procedimientos de compra y/o contratos de servicios, para alertar sobre alguna situación que se presente y que por ello no se cumplan los objetivos trazados.

Este Control Concurrente bautizado como “CoCo” es la nueva vacuna contra la corrupción y la inconducta funcional. Este modelo ya tuvo éxito en otras operaciones realizadas con dinero público (o sea con la plata de todos los peruanos).

Gracias al "CoCo" Control Concurrente
Control Concurrente importante para prevenir la corrupcción

Con el “CoCo” también se han señalado situaciones adversas en la entrega de canastas de víveres para los sectores más vulnerables. Gracias a esta acción preventiva y simultánea se detectaron beneficios a quienes no les correspondía, como por ejemplo a funcionarios que además de percibir sus remuneraciones superiores a S/ 3000, actualmente continúan con sus puestos de trabajo.

No debemos olvidar que este Control Concurrente funcionó en la Reconstrucción con Cambios en el norte del país, afectado por el fenómeno del Niño Costero en el 2017. ¿Y por qué funcionó? Porque se dio una ley para aplicarla solamente en este ámbito, y con ello se detectaron y corrigieron a tiempo, hechos que podrían convertirse en irregularidades en plenos procedimientos de servicios, contratos y ejecución de obras.

También dio resultados positivos en las obras de los Juegos Panamericanos y ParaPanamericanos 2019, debido a que las autoridades de la Comisión Organizadora, solicitaron a la Contraloría la aplicación de este Control Concurrente en la culminación de algunos proyectos. O sea, se contó con el acompañamiento simultáneo de la Contraloría.

A través del “CoCo” se detecta, advierte, alerta y se piden correcciones a los hechos o irregularidades que se podrían generar en la compra de bienes, contratos, o adquisiciones que utilizan dinero público generado con nuestros impuestos. Este modelo de control es preventivo.


Evitemos que se puedan repetir robos, estafas, aprovechamientos ilícitos y actos de corrupción, tal como ocurrió con algunos malos funcionarios y servidores que traficaron con el dolor ajeno en la reconstrucción de Pisco, luego del terremoto del año 2007. Malos elementos se aprovecharon en aquella oportunidad de las donaciones, dejaron obras abandonadas y desilusionaron a miles de peruanos afectados por este grave sismo.

Ya estamos cansados de tanta corrupción, pero no estamos rendidos. Este Coronavirus (COVID-19), ha puesto al descubierto muchas falencias, pero también nos deja una gran lección para corregir errores.

Elvis Ojeda J.
@elvisraul_ojeda



jueves, 16 de julio de 2020

Canastas con integridad

Un padre de familia independiente que vive en una zona populosa de Lima, sufrió una gran desilusión al no recibir la canasta básica de alimentos dispuesta por el gobierno para paliar esta difícil etapa que vive el Perú por la pandemia del Coronavirus.

Tanto él como su esposa y sus tres hijos, se privaron de consumir algunos productos alimenticios, ya que este beneficio nunca se concretó. Más aún que, por no salir a trabajar debido a la cuarentena, no pudo conseguir durante varias semanas un ingreso económico para su hogar.

Grande fue su sorpresa y decepción cuando escuchó al locutor de una radio dando cuenta que “más de 4 mil funcionarios a nivel nacional se beneficiaron con estas canastas de víveres”.

Esta indignación y frustración del padre de familia se multiplicó a más de 4 mil familias que debieron, a nivel nacional y especialmente por su condición vulnerable, recibir esta canasta de víveres.

Esta lamentable experiencia nos lleva a reflexionar sobre la integridad en el sector público. De acuerdo al documento de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) el concepto de integridad “está relacionado al uso de poderes y recursos confiados al sector público de forma efectiva, honesta y para fines públicos”.

Al parecer esta filosofía y cultura de la integridad en nuestro país aún no está desarrollada en muchos malos funcionarios que se aprovechan y trafican con el dolor ajeno.

Valga nuestra recomendación, una vez más, a los asesores y Directores de Comunicación (DirCom), Jefes de Prensa o de Imagen Institucional de las entidades públicas, para que les insistan a sus directivos, que no pueden ni deben mancharse con actitudes negativas.

Es necesario tener en cuenta la posición del consultor internacional, David Fischman, quien señaló en diciembre del 2,019 en un evento internacional de la Contraloría General de la República, que “las personas deben aprender a vivir en base a los valores y advirtió que nuestro país está llegando recién al primer escalón en la cadena de moralidad donde las personas temen cometer actos incorrectos por las graves consecuencias”.



En ese cónclave internacional, según reportó el Portal Huachos.com,  Fischman consideró que en nuestro país se debe aplicar la Escala Moral del psicólogo Lawrence Kohlberg.

En ese sentido, recordó que el primer paso es que se debe “cultivar el miedo a una conducta inmoral e incorrecta”. Asimismo, dijo que, como segundo paso, es necesario “actuar en base a las buenas conductas porque buscan pertenecer a un grupo de personas correctas, es decir, por un deseo de pertenencia” y, finalmente señaló que “se debe actuar en base a los cuestionamientos de las acciones”.

Elvis Ojeda J.



domingo, 12 de julio de 2020

¿Ceguera entre Congreso y Ejecutivo?


Desde hace algunos días los peruanos somos testigos de la mezquindad de algunos políticos, que, en medio de una grave situación de emergencia nacional sanitaria declarada por el gobierno por la pandemia del Coronavirus han desenvainado sus afiladas espadas políticas para enfrentarse por la eliminación de la inmunidad parlamentaria y para los funcionarios de alto nivel del Poder Ejecutivo, incluyendo al Jefe de Estado.
Políticos: "No hay peor ciego, que aquel que no quiere ver"
Políticos: "No hay peor ciego, que aquel que
no quiere ver".
Esta ceguera entre el Congreso y el Poder Ejecutivo, los ha llevado a olvidarse del principal problema que atañe y afecta al Perú, como es el Covid-19. Los actores mencionados están combatiendo con los ojos vendados. Ambos contendores quieren -a toda costa- ganar posiciones, ignorando que hay cerca 12 mil fallecidos y más de 320 mil infectados en nuestro país a consecuencia de esta enfermedad dada a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019.
Es muy lamentable que esto ocurra en plena pandemia. Sin embargo, les recordamos a los asesores de estas figuras políticas que ellos son los responsables de hacerlos aterrizar para que vean la realidad peruana. Deben ver los cuatro puntos cardinales. Deben darse cuenta que las calles están abarrotadas de miles de peruanos con graves problemas económicos, a consecuencia del desempleo generado por la pandemia. No tienen dinero para llevar un pan a sus hogares.
Díganles que el sector Salud ya colapsó. No hay médicos, enfermeras ni personal asistencial suficiente para atender a los pacientes infectados. Tampoco hay camas, equipos de oxígeno, ni hospitales temporales culminados para amortiguar esta grave situación.
Hay que buscar consensos con los diversos actores de la sociedad peruana. Escuchar a los expertos, recoger propuestas y plasmarlos en leyes. Hay que actuar. Señores asesores, recuerden a sus congresistas y miembros del Ejecutivo, que la comunicación es la consecuencia de toda acción.
El sociólogo español Joan Costa, sostiene que “toda comunicación implica una acción y toda acción, necesariamente, comunica”. Sus labores y decisiones políticas y ejecutivas, serán recogidas por los medios de comunicación y transmitidas directamente a la opinión pública.
El Bicentenario de la Independencia Nacional está a la vuelta de la esquina. Lleguemos -aunque sea- por primera vez en 200 años a objetivos comunes para solucionar conjuntamente los problemas actuales.
A quienes legislan y gobiernan, les sugiero que no pierdan la oportunidad de escribir sus nombres en la historia de la política peruana como los impulsores del bien común en beneficio de todos los ciudadanos, sobre todo para aquellos sectores más vulnerables, que en estos momentos se encuentran sumidos en el dolor y la miseria que arrastra el Covid-19.
El pensador político inglés, John Locke, considerado como el padre del liberalismo, decía que “todo gobierno surge de un pacto o contrato revocable entre individuos, con el propósito de proteger la vida, la libertad y la propiedad de las personas (…)”. Recuerden esta reflexión. En sus manos está nuestro país. Esta semana es crucial para que dejen de lado las diferencias y enrumben sus acciones y decisiones a propuestas conjuntas de soluciones comunes.
Elvis Ojeda J.

@elvisraul_ojeda

domingo, 5 de julio de 2020

Teletrabajo no es “24 por 7”


“Te ganarás el pan con el sudor de tu frente (…)” señala uno de los pasajes de la Biblia, donde se indica que Adán, primer hombre de la tierra, fue castigado por Dios por desobedecer su mandato. Comió el fruto prohibido del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Teletrabajo en Perú se aceleró debido al COVID-19
Este mensaje trae a reflexión que todas las personas deben trabajar para mejorar su condición y calidad de vida y por extensión la de su familia. Sin embargo, ante la pandemia del Coronarivus (Covid-19), esta actividad ha sido trastocada por los cambios radicales que se han expuesto debido a este flagelo que atenta contra la vida y la salud de los seres humanos.
El mapa laboral cambió radicalmente en el mundo. En el Perú desde el pasado 16 de marzo se puso sobre el tapete el Teletrabajo que ya existe en nuestra legislación nacional, y que se ha regulado a través de las políticas públicas como “trabajo remoto”; tal como lo señala en el Portal La Ley, el abogado César Valera Malca.
En función a estos detalles, es necesario indicar que, a más de 100 días de haberse declarado el Estado de Emergencia Sanitaria en nuestro país, ya se vienen presentando algunos inconvenientes, problemas e impases con el desarrollo de esta modalidad de trabajo.
Muchos empleadores o directivos creen que los trabajadores públicos o privados que realizan su labor remota desde sus domicilios, tienen toda la disponibilidad horaria. Es decir, creen que, después del horario habitual, por las noches o madrugadas (incluyendo los fines de semana), sus colaboradores deben atender tareas “pendientes”, olvidándose que nadie está obligado a trabajar 24 por 7, es decir “todo el día durante los siete días de la semana”.
Si esto viene ocurriendo, ya es tiempo que los Directores de Comunicación, Jefes de Prensa o de Imagen Institucional de las entidades privadas o del Estado, les hagan ver a los miembros de la Alta Dirección que están equivocados.
¿Y por qué los DirCom deben encargarse de esta tarea? porque ellos trabajan directamente con las cabezas de las instituciones. Desde esa posición, es más fácil solucionar estos problemas articulando con la gerencia general, secretaría general, Administración y Capital Humano.  
De no hacerlo, el descontento del personal escalará. Este riesgo se convertirá en un hecho que atentará directamente contra la imagen y la reputación institucional. Es preferible prevenir que lamentar. Los trabajadores no son robots. Recordemos que esa figura del trabajo remoto se ha presentado ante una situación de emergencia. El capital humano es lo más importante de toda organización.
Si estos excesos estuvieran ocurriendo, los trabajadores tienen los canales abiertos para formular sus denuncias. Pueden dirigirse a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), a la Defensoría del Pueblo y/o a los medios de comunicación. Son alternativas para frenar los abusos.
Los empleadores deben tener en cuenta que existe una “Guía para la aplicación del trabajo remoto” aprobada a través de la Resolución Ministerial N° 072-2020-TR, del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo del 26 de marzo de 2020.
Antes de concluir, no quiero dejar de mencionar a Fernando de la Flor Arbulú, quien en su artículo “Costumbres Virales” de CARETAS (02-07-20), manifiesta que las personas comenzaron a asumir comportamientos, de los cuales algunos serán transitorios y otros permanentes. Frente a ello, sigamos con el distanciamiento social, y no descuidemos las medidas de higiene y prevención.  
Elvis Ojeda J.
@elvisraul_ojeda